Perfectas para balancear la alta acidez y la frescura de un vino blanco, estas copas enfatizan los maravillosos aromas frutales. Están hechas a máquina y son aptas para lavavajillas. Son consideradas de las copas para vino blanco más versátiles por su forma. Se recomiendan en vinos blancos aromáticos y secos, como el Riesling o el Sauvignon Blanc.